Memorias de la calle Quiñones - Preocupaciones metafísicas

Siguiendo el consejo de una profesora universitaria que esbozaba la teoría de que para ser culto había que leer la Celestina, Cien Años de Soledad, El Quijote y por último la Biblia. Me di a la tarea de leerlos todos. Tal vez lo hice por simple vanidad intelectual o pedantería, total los chicos de mi barrio estaban más pendientes a fumarse un tarugo de marihuana, acostarse con una jeva buena hembra o arrebatarse con ácido en el rumbón de la plaza pública que leer libros de autores muertos. Santo nunca fui y una que otra vez me fumaba un siriguayo, bebia como un beodo y mis feromonas siempre estaban prestas para enredarse con las de cualquier chica de mi edad.

Fui criado en el seno de una familia católica, asistía con precisión de reloj Bulova al catecismo lugar donde aprendí los rudimentos de la fe católica. Allí en su español goleta unas monjitas norteamericanas me enseñaron, los mandamientos , los sacramentos , el salmo responsorial y la señal de la cruz... de nuestros enemigos libranos Señor. Cuando no prestaba atención o mi mente divagaba me daban un azote con una paleta de menta, lo cual tenía dos propósitos, corregir a los indiciplinados y premiar a los de conducta excelente al final del catecismo. Con tantas monjas españolas y de otras nacionalidades que habia en el país y las de mi iglesia tenian que ser gringas y de paso maltratantes. En aquella época tambien aprendí a comerme las hostias con Royal Crown Cola, las cuales eran sustraidas de la Casa Parroquial por unos hermanitos monaguillos vecinos mios. Por cierto, estos dos angelitos son hoy día guardias penales, así que podemos inferir el por qué de tantos motines en la cárcel en la cual laboran, los tipos deben estar a la sombra de alguna maldición cósmica por semejante sacrilegio.

Siempre tuve conciencia social y me endiablaba de sobre manera las jodidas diferencias entre nosotros los pobres y ustedes los ricos, como diría Pedro Infante. Detestaba el racismo solapado que desde siempre ha existido en nuestra sociedad. De más está decir que mis familiares son todos negros, aunque que puñeta diferencia hace. En una época donde la tasa de analfabetismo era muy alta, los miembros adultos de mi familia para orgullo nuestro tenian diploma de cuarto año y tanto mi tía Lydia como mi madre poseían un titulo universitario escrito en latín culto. Crecí entre libros, Seneca, Aldous Huxley, Skinner ,García Márquez, Enrique Laguerre,. Me dispuse a leer el último libro que me faltaba para parecer culto y educado, las Sagradas Escrituras. Quedé anodadado al comenzar a leer los libros de Pentateuco. El dios que aparecia en las Escrituras no era muy diferente a los guapetones de mi barrio. Si lo contrariaban actuaba airado y castigaba con crueldad inusitada a los que se le oponían. Enviaba fuego del cielo a consumir a los transgresores o hacía que la tierra se los tragara como en la Contradicción de Coré. Enviaba a los israelitas a efectuar matanzas entre el cananeo, el jebuseo y el filisteo que dejan chiquititas a las masacres en nuestros residenciales públicos. Ese dios en persona fue el que comenzó el conflicto arabe israelí, cuando le indicó a Abraham que saliera de Ur de los Caldeos y se fuera a tierra de Canaán, allí debía echar a los naturales de la región a la cañona.Los llamados hombres de dios y reyes de Israel tenían más mujeres que los chulos de Shangai y de la calle Salsipuedes. Por una mujer atractiva mataban a cualquiera como hizo David con Urias para quedarse con su mujer. Mientras más me adentraba en la lectura más eventos contradictorios encontraba. Las mujeres, no tenían ningún tipo de libertad, no tenían ni voz ni voto, no se les permitía levantarse en los templos. la esclavitud y la explotación del hombre por el hombre era dada por buena. Seguía leyendo y ya en el Nuevo Testamento vi a Saulo de Tarso consentir en el asesinato de Esteban, a un Pedro capaz de tumbarle el pescuezo a cualquiera por defender su causa. Supe de un Judas Iscariote desfalcando las exiguas arcas de los apóstoles y mordiendo de la mano que espiritualmente le daba de comer. La gota que colmo la copa fue ver como los hijos del trueno, enviaron a su madre a cabildear con Jesús para auscultar la posibilidad de que uno se sentara a la derecha y el otro a la izquierda al lado de Jesús en el Reino de los Cielos, ¡vaya par de oportunistas! Tomen nota los asesores de bobería de nuestros renombrados legisladores vitalicios.

Leí cuanto libro llegó a mis manos sobre homielética, hermeneutica y otros textos relacionados a las Escrituras. Mi interés ya no era mejorar en el aspecto intelectual y sí en un verdadero esfuerzo de iluminar y lograr progresos en mi espíritu. Me adentré en los orígenes de las principales sectas del cristianismo, evangélicos , pentecostales,adventistas, bautistas. Todas decían ser la verdadera iglesia, todas tenian textos que utilizaban como pretexto para fudamentar su teoría. En casi todas habia sucesos bochornosos y erráticos, como en la Iglesia Adventista y la propuesta de Guillermo Miller de que la segunda venida de JesÚs serÍa a mediados del siglo 19. Esta aseveración provocó la ruptura de algunos miembros para después fundar lo que se conoce hoy como Testigos de Jehova. Después de todas estas lecturas terminé más perdido que Judas y más ciego que Bartimeo. Muchas preguntas quedaban sin contestar, por qué solamente se salvaban los cristianos, el resto de las religiones quedaban fuera de la ecuación de la Salvación, budistas, mahometanos, libres pensadores, espiritistas, los que no asisten a iglesia alguna, pero que sus obras son de justicia condenados a las profundidades del Gheena o Averno. Faltaba por resolver el tema de la injusticia, unos nacemos pobres, otros ricos, algunos con diversas oportunidades para educarse y extender su vision de lo que es la vida y el mundo, para otros cero oportunidades, más de la mitad del mudo inmersa en la más abyecta de las pobrezas. Era preocupante la respuesta a que por que nacemos en un lugar específico, por que no en otro. Por qué tenemos tanto dolor y tristeza, la vida parece una eterna herida, que duele a rabiar, sangra y jamás sana, no importando las provisiones que tomemos. En la vieja casa de madera de los Abadia en la calle Quiñones, donde cuando llovia afuera, adentro de la casa habia un diluvio; tenia mi abuela un texto que siempre ejercio una extrana fascinacion en mi persona. Un libro negro de carpeta dura y letras doradas de las cuales emergía amenazante el titulo ''El Libro de los Espiritus. Mi abuela solía llevarme a reuniones espiritistas, en específico a la casa de Doña Paulita en la misma calle Quiñones y al centro espiritista en las Piedras.Tuve contacto con este fascinante culto en el que hay danzas espirituales, baños con plantas medicinales, trances fingidos o reales y glosolalia. Debo confesar que esta clase de espiritismo en nada tiene que ver con la filosofia esbozada en el libro de Kardec. Después del deceso de abuela Cristina, entendí que por la complicidad espiritual que nos unía, el libro de Kardec me pertenecía. Tomé el libro, pero mi tía argumento que yo era medio loco ya y si de alguna manera leía el Libro de los Espíritus, terminaria en algún Pabellon siquiátrico recitando poemas de Amado Nervo y Neruda. Rogué y supliqué pero nacariles del oriente...quemó el libro.

Mis problemas espirituales continuaron no sin antes haber ingresado a algunas sectas religiosas como la Iglesia Bethsaida, donde se usa velo en las mujeres y nos vestiamos de silicio o saco, tambien visité la iglesia de los Mormones, donde en lugar de pan de hostia en la comunión, se utilizaba pan Holsum y agua en vez de vino. Finalmente deje todo lo relacionado a lo espiritual a un lado, estuve de tour por todas las barras y salones de baile en una línea recta desde Humacao a San Juan por espacio de 25 años.

Mi sobrino Carlitos llegó una buena tarde con una asignación de la Universidad. La misma consistia en analizar el libro Muchos Sabios muchas Vidas del renombrado siquiatra Bryan Weiss. En el texto Weiss somete a varios pacientes a la hipnosis y de paso relatan vidas pasadas y reencarnaciones. La cura de sus males estaba en enfrentarse a los problemas surgidos en vidas pasadas El texto me pareció tan interesante que terminé leyéndolo en dos ocasiones. Entonces de la misma manera que le fue restablecida la visión a Pablo en casa de Ananías, mi visión del mundo espiritual fue restituida.

Nuestro mundo tal como lo conocemos es una escuela de aprendizaje temporal.Una escuela de párvulos donde se nos enseña por medio de las relaciones interpersonales a establecer lazos de amor con ciertas personas. Mientras más lazos de amor podemos establecer más progresamos espiritualmente. Nada es fortuito o abandonado a los caprichos del azar, todo está interconectado. La injusticia tal como la conocemos sólo habita en nuestros espiritus poco evolucionados. Aprendí que el concepto libre albedrío, va más allá de escoger entre el bien y el mal. El libre albedrío nos permite escoger el lugar donde vamos a nacer, los padres que tendremos, las profesiones, aun las pruebas y las dificultades que encontraremos aqui ya estan delineadas por nosotros mismos, escogemos la época en el tiempo lineal y todo lo demás. Todo lo que ocurre en nuestras vidas bueno o malo, tiene como propósito añadir, elementos vitales al desarrollo de nuestra personalidad, como la tolerancia, la paciencia, la benignidad y sobretodo el amor, a crecer en él y hacerlo el centro de nuestro universo interior. La muerte es un estado de transición donde repasamos las experiencias vividas en el mundo material, hacemos ajustes en nuestro plan y retornamos hasta que alcanzemos el grado de progreso que nos trazamos . La vida material es parte de un examen que estamos tomando, es en la muerte donde obtenemos la calificación que determinara nuestra aprobación o no del curso llamado vida.. Claro que Dios nos está esperando, Él y todos aquellos que se involucran en nuestro plan allá en las estrellas que no se ven. AsÍ que ya no tengo que preocuparme por mi trabajo, los padres que tuve, mis compañeros de trabajo, el pueblo donde nací. yo escogí todo lo que vivo y mi entorno está construido con mis anhelos y deseos, no tengo motivos para protestar.

Un poco más tarde despues de mi fallido intento 30 años atras, leí el libro de Kardec. En él se corroboran las ideas de Weiss y de paso me sirvió para contestar otras muchas preocupaciones que desde siempre me acompañaban. En él descubrí que Dios no es el dios cruel del Antiguo Testamento, que no quiere ensañarse conmigo, que soy algo más que una triste criatura formada del barro. Tengo un alma y una personalidad que trascenderán el umbral de la muerte, he vivido muchas vidas, he aprendido mis lecciones, me he estancado en ocasiones en mi progreso, pero jamas he retrocedido en mi escala de progreso espiritual. Es reconfortante saber que todo lo que ocurre en mi interior está controlado por mi mismo y que no soy marioneta del destino o de fuerzas ocultas. He comprendido que para cada cual hay una religión, una forma de adorar consona con nuestro conocimiento, necesidades y anhelos espirituales.No hay por que juzgar como los demás adoran, hay que ser tolerantes. Lo siento ...pero es asi, al llegar cerca de Dios a Él no le interesa un pepino angolo a quÉ iglesia perteneces, nada de éso importa. En el aspecto espiritual, soy apenas un chiquillo de Jardin de Infantes...todo lo que leí en la juventud y en la madurez , no me ha hecho más sabio o entendido, mucho menos culto, aún sigo bebiendo cervezas y echando discos en las velloneras, total ...tal vez en la proxima regrese siendo abstemio.